En el tema de reclutamiento de personal se hace cada vez más usual la selección bajo el enfoque por competencias. Parece que los criterios tradicionales ya no alcanzan para seleccionar el personal que necesitamos en nuestros equipos de trabajo. Establecer requerimientos mínimos de estudio, rangos de edad, a veces hacer pruebas con el polígrafo y pedir constancias de buena conducta y experiencia previa en el puesto limita la oferta, pero al final no asegura que vayamos a estar contentos con los resultados de la gente que trabajará para nosotros.
Lo que cambia con la selección bajo el enfoque por competencias es que afinamos criterios. Nos permite seleccionar y luego también formar personal de manera más exacta. Para demostrar con un ejemplo cómo funciona es bueno el ejemplo de las elecciones para cargos públicos. Es la ocasión en la que a todos los ciudadanos y ciudadanas se les permite ponerse en los zapatos de un Gerente de Recursos Humanos o Gerente de Área que tiene que escoger entre diferentes candidatos y candidatas.
La primera pregunta que se recomienda bajo la metodología de enfoque por competencias es: ¿Qué resultados espero de la persona que busco? ¿Y en base a estos, qué tareas debe ser capaz de cumplir? En el caso de las elecciones, ¿qué prefiere: un diputado que sepa de leyes o un diputado que sea capaz de desarrollar propuestas de ley, evaluarlas con sus ventajas y desventajas, y organizar mayorías para que se aprueben?
¿Cómo puedo controlar si un aspirante es capaz de lograr los resultados que yo espero? Tener años de experiencia previa en un puesto no necesariamente lo garantiza. Pero los resultados obtenidos en el puesto actual o anterior suelen ser un buen predictor. Por esto, cuando estamos aplicando a un empleo es recomendable que mencionemos en un curriculum o una entrevista laboral los principales logros realizados en el cargo que hemos tenido.
Entiendo por competencias al “conjunto de conocimientos, capacidades y actitudes”, tal como lo hace la Unión Europea. Después de haber definido de qué debe ser capaz un candidato surge la pregunta de qué actitudes o hábitos tiene. Por ejemplo, si buscamos personas con liderazgo no solamente nos debemos fijar en los estudios, la edad, la apariencia y la amabilidad de las personas, sino también corroborar si tienen “la voluntad de confrontar inequívocamente la mayor ansiedad de la gente de su época”, tal como lo formuló el gran economista John Kenneth Galbraith. Y con confrontar interpreto que Galbraith no se refirió a hablar sobre las ansiedades, sino realizar acciones concretas al respecto. ¿De qué nos benefician líderes según esta definición en las empresas? Estoy convencido que líderes no solamente pueden dar resultados positivos en la política, sino también en los puestos más humildes en las empresas más humildes.
¿Cómo podemos corroborar las actitudes y hábitos de los candidatos? Al igual que en el caso de las capacidades, el desempeño previo, aunque ejecutando otras funciones, suele ser un buen predictor.
¿Entonces, cuál es el tip?
Si estamos buscando a una persona para que trabaje con o para nosotros, hagámosnos las siguientes cinco preguntas:
¿Qué resultados esperamos de ella?
¿En base a éstos, qué tareas debe ser ella capaz de realizar?
¿Su desempeño hasta la fecha promete que sea capaz de realizarlas?
¿Qué actitudes y hábitos debe tener para lograr los resultados que esperamos?
¿Su actitud y sus hábitos hasta la fecha indican que las tenga?
Es una reflexión breve que posiblemente nos pueda dar grandes resultados.
¡Mucho éxito en sus labores!